Visité el mercado Asunción que se encuentra ubicado en la zona 5, el cual cuenta con tres puertas de acceso, la puerta por la cual ingrese es la que da a los comedores. La última vez que visite este mercado fue cuando tenia seis años así que al entrar pude recordar momentos que tenia en el olvido. El mercado ha cambiado mucho y ya no es lo que yo recordaba, hay varias ventas vacías y pocas personas lo visitan.
Al poco tiempo de estar en el mercado y de tomar un par de fotos, una señora se nos acerco y nos preguntó porque tomábamos fotos, le explique que era un trabajo para la universidad, me preguntó a que universidad asistía y me comentó que trabaja en un restaurante en la zona 10 y que su hijo estaba buscando una universidad, que ella siempre le decía que tenia que estudiar en la San Carlos ya que era la “universidad de los pobres”. Luego nos comentó que era de Huhuetenango, mi mamá le dijo que ella había vivido allí por años, la platica continuo y al despedirse se mostró contenta de conversar con nosotras.
En medio del mercado se encuentra una imagen de la virgen de la Asunción a la cual son devotos ya que la mayoría de los vendedores son católicos, en el altar observe un par de veladoras encendidas.
Nos dirigimos al puesto de doña Julia, ella vende diferentes tipos de hierbas, hierba siempre viva que sirve para controlar hemorragias, pan del señor que lo toman las mujeres embarazadas, cola de caballo para los riñones, hierbabuena de menta para el mal aliento, bálsamo del aire, hoja de Jalapa para las amebas y un sin fin de hierbas para aliviar diversos males. Hablamos durante un rato con doña Julia nos enseño varias de las hierbas que vende explicándonos como se toman y para que sirven, nos comentó que ella ha trabajado en el mercado desde 1962 que empezó a vender fruta y verdura pero cuando el negocio ya no fue bien decidió vender hierbas curativas, que sus clientes siempre regresan ha consultarle y comprar.
Al preguntarle si ella sabia la razón por la cual había tantos puesto vacíos comentó que la venta ya no era la misma ya que pocas personas frecuentan el mercado y la mayoría de los que van allí es para visitar los comedores, también nos contó que secuestraron a un señor fuera del mercado y que la seguridad no era muy buena.
Durante la visita vimos a un solo policía municipal cuidando una de las entradas.Al despedirnos de doña Julia nos agradeció la visita, diciéndonos que nos esperaba ver pronto.
En general la visita fue muy amena ya que todas las personas con las cuales platicamos se portaron amables y abiertos. La visita fue para mi como un viaje al pasado, trajo recuerdo de mi infancia que creía perdidos. Seria una verdadera lástima que el mercado cerrar por la falta de afluencia ya que el sustento diario de muchas personas depende de que se mantenga funcionando.
